jueves, 28 de abril de 2011

Algo casi cotidiano

Muchas veces me nace una ira de tamaño injustificada por detalles...cosas en que la gente generalmente se controla o pasa por alto, en cambio yo...

Espero nunca matar de rabia.

No me entiendo, soy una mujer sísmica, es un hecho. No solo es ira lo que fluye tras mis explosiones repentinas, también brota la pena, también brota la excitación, también brota la alegría, incluso el silencio.
Por esa razón escribo aquí, cuando quiero llorar con palabras en vez de lágrimas, cuando desearía gritar en lo más alto de una montaña, cuando veo injusticia y me siento pequeña, o que a nadie le importaría que digo yo; cuando se me agolpa el amor sin destino, o no puedo decir lo que siento, sea lo que sea, auto-prohibiciones, en esos casos uno esconde sus palabras detrás de otras jugando a que alguien las descubre, pero no estaría segura de querer que alguien las descubra, y esa indecisión me lleva a la reiteración, nuevamente quiero deletrearlo, expresar las emociones y sentires contenidos, que se sepa y que no se sepa, ¡que nadie sepa! ¿por qué nadie sabe? es que no me conocen, callo demasiado a veces.
Sé que el alcohol provoca una catarsis similar, pero decadente, no pretendo recurrir a ello -para eso -porque necesito demasiado desahogo.

A fin de cuentas...
Somos un crisol, que proyecta la luz de palabras tras los labios sellados.

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