La noche olía a humo, el viento frío te helaba los huesos, yo te abrazaba, tú me contaste tu terrible sueño y después yo creí por un instante que las luces de la discotheque proyectadas sobre las nubes eran ovnis ululando en lo que luego sería un recuerdo nuestro. Habíamos escrito "Pico" entre el polvo del capó de un retén de pacos mientras la paca nos azuzaba a retirarnos, y nos reíamos tanto como siempre, entonando gritos o canciones, porque contigo soy conmigo como no soy con nadie más.
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